Las Olimpiadas de Barcelona 92 dieron inicio al
actual protagonismo que hoy tiene el deporte en España, tanto en los medios de
comunicación como en la vida cotidiana.
El boom del running, los gimnasios llenos… ejemplos
que denotan que el deporte y el ejercicio físico están cada vez más a la orden
del día, ya sea por salud, para competir, divertirse o como forma de relación
social.
Es por ello, que se hace necesaria la profesionalización
en este ámbito; la necesidad de una persona que pueda dar respuesta de forma
eficaz a estas demandas. Surge entonces con fuerza la figura del gestor
deportivo.
Cuando hablamos de gestor deportivo, nos estamos
refiriendo a la figura de una organización que se encarga de organizar, planificar y ejecutar todas las medidas
necesarias para llegar a conseguir los fines marcados por la misma.
Como líder de la estructura organizacional, debería
llegar a cumplir cuatro grandes e importantes criterios:
1. Eficacia: ser eficaz supone conseguir los
objetivos marcados.
Será fundamental poder conocer toda la organización:
su entorno, su materia prima, tanto humana como a nivel de recursos y sus
clientes para poder hilar fino en los objetivos y concretar y especificar
funciones.
Por otro lado, tambi én será
importante distinguir entre misión y
visión: la misión sería conseguir unos objetivos algo más realistas, más a
corto plazo. Y la visión, una idea de organización ideal y una meta con cierto
componente de reto que consiga a la empresa exigirse cada vez más.
2. Eficiencia: ser eficiente significa trabajar bien,
llegar a las metas con el menor coste posible a nivel económico y con el mejor
resultado en cuanto a servicio ofrecido.
Para eso, deberemos definir unos valores y normas
organizacionales que permitan al empleado realizar su trabajo lo más cómodo, motivado
y comprometido posible.
3. Integración: estar integrado en la organización
significa que entre todos los componentes de la misma exista una vinculación
tanto a nivel profesional como a nivel social. A mayor cohesión, mayor
rendimiento y satisfacción lograremos.
En este punto, el líder (o gestor deportivo) va a
tener un papel primordial, ya que por un lado, será un modelo de conducta para
el resto, pero por otro, será el encargado de fomentar esta integración en la
organización.
4. Comunicación: buena comunicación tanto interna
como externa.
· A nivel interno: por una parte, la creación de canales
adecuados de comunicación entre toda la estructura organizacional para que la
información y los feedbacks puedan darse de forma clara y sin interferencias
(tanto de arriba a abajo como de abajo a arriba). Y por otra parte, establecer
y marcar los roles de cada puesto, de manera que cada empleado sepa lo que
tiene que hacer en cada momento.
· A nivel externo: debemos conseguir una imagen
nuestra que nos defina, teniendo en cuenta a nuestros clientes. Hay que
hacerles llegar la información de manera correcta y abrir una vía de
comunicación, de feedback con ellos para permitirles su expresión.
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