En el artículo "La consciencia del carácter. Un abordaje psicoterapéutico", os hablaba acerca de la formación del carácter y
cómo éste iba sosteniendo a la persona en su vida cotidiana hasta el punto en
que, un día, toda esa coraza creada a lo largo de los años, se desmorona y deja
paso a la consciencia más primitiva de nuestro “yo”.
Un “yo” que ha pasado a estar desajustado o enfermo y
que necesita retomar el equilibrio para volver a estar en disposición de
acercarse a la vida. Y es ahí donde entra la psicoterapia.
Es cierto que existen muchos tipos de psicoterapias
(que no terapias, porque abunda el intrusismo laboral), pero en mi opinión, el
objetivo fundamental de todas ellas debe ser dotar de las herramientas adecuadas a la persona que acude a la
consulta, de manera que pueda controlar su vida a partir de poder controlar su
carácter.
Y es que el miedo a sentir tristeza, ira, vergüenza,
envidia… (emociones negativas y que en algún momento de nuestra vida fueron
reprimidas), acentúa y le da protagonismo a nuestra coraza para protegernos de
ellas, pero a la vez, estas mismas emociones son las responsables de las
sensaciones de displacer en nuestro cuerpo, de la sensación de tropezarse
siempre con la misma piedra en las relaciones sociales, de la evasión de
nuestra realidad actual con elementos pasados o que ni siquiera han ocurrido… en
definitiva, de gran parte de nuestro sufrimiento emocional y de la incapacidad
de sentir emociones positivas.
Ahora bien, ¿cómo
llegamos a desbloquearlas y evitar todos esos automatismos en la psicoterapia?
1. Posición activa de la persona para participar en ese proceso de
conocimiento, modificación y prevención de sus síntomas.
2. Creación de la alianza terapéutica a través del análisis de las
resistencias propias hacia el terapeuta y el proceso psicoterapéutico, escucha
activa y empatía.
3. Establecer un objetivo claro que habrá sido devuelto al cliente tras su
evaluación inicial y trabajar para fortalecer el compromiso marcando número de
sesiones y fechas para conseguirlo.
4. Utilización de técnicas psicocorporales o actins (W.Reich) para
reblandecer esas corazas emocionales a través del trabajo con el cuerpo. El cuerpo
almacena todo el contenido inconsciente y a través de estas técnicas
conseguimos alcanzar toda esa información reprimida y al mismo tiempo reajustar
las tensiones musculares y corporales.
5. Una vez que la persona ha empezado a interiorizar toda la información
aparecida y a través de toda una serie de recursos cognitivos y emocionales, hay
que lograr que de forma activa pueda volver a tener un equilibrio energético y
vital.
“Cuando no somos capaces
ya de cambiar una situación, nos enfrentamos al reto de cambiar nosotros
mismos.”
V. Frankl
*Todos estos elementos terapéuticos
están dentro de la P.B.C o Psicoterapia Breve Caracteroanalítica. Un método de
psicoterapia sistematizado por Xavier Serrano y que supone una evolución a
todos los trabajos iniciados sobre todo por la figura de Wilhelm Reich y
posteriormente Federico Navarro, entre otros.
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